Vaca Muerta en 2021. ¿Una crisis más grande que el COVID-19?

La crisis por el calentamiento global, causada entre otros factores por el uso de combustibles fósiles, como los de Vaca Muerta, y la crisis por COVID-19, tienen un factor común. Ambos son eventos sin precedentes.

En Argentina, la crisis por COVID-19 ha afectado al total de la ciudadanía, a sus recursos naturales y a los distintos sectores de la economía del país. A julio de 2021, el país había registrado 4,6 millones de casos y 97.000 muertes relacionadas con el virus. La pandemia representa caída en la producción, incremento de la pobreza y de la población en estado de emergencia sanitaria, alimentaria y económica.

Según el informe de Naciones Unidas en Argentina, esta desafortunada situación pone el foco en el vínculo estrecho entre la salud humana y la naturaleza. Los efectos de la pandemia realzan “la importancia de mantener el equilibrio de los ecosistemas para evitar situaciones de emergencia como la del presente”.

Cabe entonces preguntarse: ¿Es Vaca Muerta el reflejo de una situación de emergencia, causada por combustibles fósiles, más grande que el COVID-19?

¿Cuál es el panorama de los combustibles fósiles en Argentina?

Hasta 2003, Argentina produjo suficientes hidrocarburos para abastecer su demanda local y exportar. Sin embargo, el panorama cambió. Solo fue hacia el año 2011 que la idea de volver a tales niveles de producción revivió. En dicho año, se hizo factible la posibilidad de explotar los recursos de hidrocarburos no convencionales de Vaca Muerta.

Cuatro años más tarde, la Agencia de Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA) confirmaría a Vaca Muerta como la segunda reserva más grande de gas no convencional y la cuarta de petróleo no convencional en el mundo. Hoy, alrededor de un seis por ciento de esta gigantesca reserva se está explotando.

Entre enero y febrero de este año, Argentina produjo gas a un ritmo de 115 millones de metros cúbicos diarios (mm3/d). Durante el mismo período en 2020, la producción alcanzaba los 129 mm3/d. En materia de petróleo, el país produjo 496.202 barriles diarios (b/d) en enero de este año. En contraste, la producción alcanzaba los 524.039 b/d en enero de 2020.

A pesar de la caída, la petrolera estatal líder del mercado en Argentina, YPF, espera que la mitad de su producción de petróleo provenga de Vaca Muerta en 2023. En la actualidad, el 26 por ciento del petróleo y el 41 por ciento del gas de Argentina provienen ya de esta formación de hidrocarburos no convencionales.

¿Por qué la producción de gas y petróleo de Vaca Muerta representa una crisis?

Análisis demuestran que con las emisiones actuales por producción de carbón, petróleo y gas en el mundo, el calentamiento del planeta sobrepasaría la meta de 1,5ºC, e incluso el margen de los 2ºC. Esto significa que cualquier tipo de expansión en materia de extracción y distribución de hidrocarburos contradice los esfuerzos globales con el Acuerdo de París para contener el cambio climático.

En el marco del quinto aniversario del Acuerdo, 18 ONGs publicaron el informe Five Years Lost. En él, se describen 12 de los proyectos de combustibles fósiles más devastadores que se están desarrollando actualmente en el mundo. Entre ellos se encuentran la extracción de gas de Mozambique, la extracción de gas y petróleo del Permian Basin en Estados Unidos y la extracción de gas y petróleo en Vaca Muerta.

Vaca Muerta en 2021. ¿Una crisis más grande que el COVID-19?

Foto: BNAmericas

La producción de petróleo y gas, y el CO2

Juntos, estos 12 proyectos generarían al menos 175 gigatoneladas de emisiones de CO2 adicionales. Esto es en el caso de avanzar según lo previsto. En particular, el petróleo y el gas de Vaca Muerta representan alrededor de 50 billones de toneladas de CO2. Pero Vaca Muerta no solo genera emisiones directas, sino también indirectas. Entre otros, esto es porque se requiere de fracking para extraer los hidrocarburos. De hecho, se estima que explotando Vaca Muerta al máximo, las emisiones representarían entre el 55 y 66 por ciento del total emitido a nivel nacional en 2016.

¿Qué le podría ocurrir a Argentina con el desarrollo de Vaca Muerta y otros proyectos hidrocarburíferos en el mundo?

Los eventos meteorológicos extremos que hoy afectan a naciones en todo el mundo, tienen lugar en un planeta que ya se ha calentado 1,2°C desde el período preindustrial. En julio, en tan solo una semana, 380.000 personas fueron evacuadas debido a inundaciones en la provincia de Henan en China. En Uganda, 30 pueblos se inundaron por el desborde de ríos. En Bombay, 25 personas murieron por deslizamientos, producto de tormentas e inundaciones.

Además, mientras que Siberia se vio batallando con incendios forestales, y en Turquía y el norte de África las temperaturas alcanzaron los 50ºC, el sur de África y Brasil se congelaron. Finalmente, Finlandia registró la más extensa ola de calor en su historia, luego de alrededor de 380 muertes en 2018 por otra ola de calor.

Así lo reportó Bloomberg Green en su artículo El calor, las inundaciones y los incendios de los que no oímos lo suficiente. Allí, el medio recogió testimonios de científicos del clima sobre el saldo de fenómenos meteorológicos que se producen con los 1,2ºC de incremento en la temperatura que ya sufre el planeta.

¿Cuáles son las zonas más vulnerables al cambio climático en Argentina?

En Argentina, el impacto por el cambio climático varía de acuerdo a cada región. En la Patagonia, el impacto se ve reflejado en el aumento de la aridez, la desertificación y el aumento de incendios. El Noroeste por su parte, acusa el aumento de temperaturas, escasez de agua y sequías cada vez más intensas. Son condiciones que también afectan la producción, las hidroeléctricas y la disponibilidad de agua de Cuyo.

imagen de protesta de Vaca Muerta en 2021

Mientras tanto, en las regiones del Litoral y Centro, se agudizan las inundaciones y se hacen más frecuentes, así como los períodos de sequía y las olas de calor extremas. Desde finales del 2017 hasta abril del 2018, Argentina vivió la sequía más intensa registrada en los últimos 50 años. Tan solo el impacto de esta sequía en el sector agrícola ocasionó graves problemas económicos para el país, que registró pérdidas por USD $6 billones.

Sin embargo, los desastres naturales severos no sólo arrasan con la agricultura y la industria. Según el Banco Interamericano de Desarrollo, éstos representan una necesidad abrumadora de destinar recursos a asistencia humanitaria y reconstrucción. El problema es que gran parte de la base de ingresos queda destruida y actividades básicas, como el recaudo de impuestos, se ven limitadas. El saldo final es un gobierno con dificultad y poca capacidad de ayudar al país a recuperarse.

Argentina tiene una deuda de más del 90 por ciento del PIB del país. Esta es una situación que bloquea el acceso a los mercados de crédito para afrontar el COVID-19. En vista de que la economía se contrajo casi un 10 por ciento por esta crisis, el actual presidente de Argentina, Alberto Fernández, acudió a más impresión de dinero.

Vaca Muerta 2021: Millones de dólares de dinero federal para hidrocarburos mientras el campo sostiene la recuperación después de la pandemia

Como parte de las medidas para compensar el impacto económico del COVID-19, Alberto Fernández decidió incrementar los impuestos sobre las exportaciones agrícolas. Mientras tanto, su Gobierno sigue subsidiando la actividad hidrocarburífera en Vaca Muerta. Los subsidios a las empresas de hidrocarburos en 2019 ascendieron a USD$ 576 millones. Esto equivale al 0,2 por ciento del PIB y al 4 por ciento de los gastos para combatir COVID-19.

imagen de cosecha en Argentina

Foto: EFEAGRO

Además, seguir dependiendo del gas impide sacar provecho del ahorro que representan las energías renovables. Mientras el costo del gas en Argentina oscila entre USD $75 y $85 megavatios/hora, la energía de fuentes solares y eólicas cuesta USD $40. El fracking en Vaca Muerta es una actividad costosa para el país. Para llegar a los niveles actuales, se han hecho inversiones por USD $10 billones desde 2010.

Las inversiones deben alcanzar entre USD $15 y 20 billones anuales hasta 2030, según la AAICI. Esto es para superar las exportaciones agrícolas, llegando a un total de USD $34 billones para 2027. Así, Argentina podría generar ingresos de dólares que ayuden a pagar su deuda. No obstante, llegar a tal nivel implica duplicar las extracciones, alcanzando una producción de 260 mm3/d de gas y un millón de b/d de petróleo como mínimo.

Si Vaca Muerta y los nuevos desarrollos en combustibles fósiles llegan a tal punto de madurez, es difícil proyectar un escenario diferente al de una subida de la temperatura del planeta en más de 2ºC. La crisis ante este escenario puede tener consecuencias mucho peores que la del COVID-19.

gráfico sobre vaca muerta en 2021 ¿Una crisis más grande que el COVID-19?